El deseo excesivo al sexo puede llegar a convertirse en un problema si no se identifica a tiempo, deteriorando las relaciones íntimas e interpersonales

 Esa necesidad incontrolable por  el sexo, desde las relaciones sexuales con otras personas hasta la masturbación o un ansioso consumo de pornografía, es precisamente la  Hipersexualidad. Este término también es utilizado para referirse a personas adictos al sexo.

La persona con una conducta hipersexual necesita mayores estímulos para saciar una necesidad que cada vez es más intensa y existe una frecuente estimulación genital que, una vez alcanzada, puede que no resulte una buena satisfacción emocional o sexual; y es cuando llegan los sentimientos de malestar, frustración, mentira y culpa. Se piensa que esta insatisfacción es la que alienta a buscar más sexo, lo que puede ocasionar trastornos psicológicos y neurológicos adicionales.

La destacada sexóloga clínica, Lydia Delfino, opina que éste es un tema que debemos tratar con seriedad, “cuando la gente escucha la palabra adicción al sexo casi siempre tiende a burlarse y a no entender el padecer de estas personas. Todas las adicciones, al igual que esta, son llevadas en secreto causando un nivel de sufrimiento y vergüenza que afecta al individuo negativamente”.

Según Delfino, los individuos con hipersexualidad “son personas promiscuas y dados a encuentros rápidos y de una sola noche. Incurren en conductas peligrosas y muchas veces sin protección con lo que eleva el riesgo de contraer enfermedades de transmisión sexual y provocar embarazos no deseados. Pueden recurrir también al voyerismo y el exhibicionismo por lo que todas estas conductas pueden traer consecuencias negativas. Se puede decir que la conducta sexual está fuera de control, incomodando a la misma persona y a los demás”.

La doctora opina que, “actualmente no podemos hablar de un perfil claro de la persona que padece un trastorno de hipersexualidad, aunque es cierto que predomina en hombres, de 20 a 40 años, y puede provenir de todas las clases sociales”, añade. El trastorno también se presenta en mujeres, aunque en menor proporción que en los hombres.

¿Qué Hacer?

“Al igual que ocurre en las adicciones o cualquier situación de conflicto, el tratamiento consiste en concienciar la realidad del problema y cómo afecta e interfiere en su vida diaria. Terapia individual y farmacológica para reducir la ansiedad y ayudar al paciente a controlar sus impulsos, además de apoyo de terapia de grupos de ayuda como los 12 pasos de Alcohólicos Anónimos, adaptados a la problemática sexual, apuntó Delfino.

Un artículo en Psych Central del doctor Michael Herkov, explica que el propósito del tratamiento para la adicción sexual no busca la abstinencia permanente, como es el caso de los tratamientos para la adicción a las drogas o el alcohol. Para tratar la hipersexualidad, lo que se busca es reforzar la abstinencia por un período determinado (usualmente de 60 a 90 días) durante la etapa inicial.

Este proceso, según Herkov, ayudará a que la persona pueda distinguir entre sexo saludable y nocivo, y para que logre identificar las señales emocionales que la llevan a conductas sexuales compulsivas.

Claves para la Sanación:

El mismo artículo menciona que el tratamiento tiene dos enfoques principales:

  • Separar a la persona de la conducta dañina: este proceso es similar al que pasaría una persona adicta al alcohol o las drogas. En ocasiones se requerirá que la persona se mantenga en una institución destinada a este tipo de tratamientos.

“Un entorno de hospitalización le protege de la abundancia de imágenes sexuales y situaciones o personas específicas que desencadenan la conducta sexual compulsiva”, establece Herkov. En otros casos, estar en un ambiente de apoyo familiar facilita la rehabilitación.

  • Enfrentar las emociones: La segunda fase suele ser la más difícil, debido a que conlleva a afrontar la culpa, vergüenza y depresión asociada con el trastorno.

“Se necesita confianza y tiempo con un terapeuta competente para trabajar a través de estas emociones. Si está muy deprimido, el mejor tratamiento podría ser un entorno residencial para pacientes internados donde los profesionales pueden controlar y gestionar adecuadamente sus síntomas”, indica Herkov.

Fuente: http://www.elnuevodia.com/estilosdevida/amorysexualidad/nota/conoceafondolahipersexualidad-2207412/